jueves, 11 de mayo de 2017

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Desde que en 1912 se hundiera el Titanic se han escrito incontables artículos en prensa y se han filmado multitud de películas que intentan describir el horror que durante más de dos horas allí se vivió. Entre los supervivientes encontramos a una joven y humilde camarera que los caprichos del destino quisieron que se encontrara presente en tres de los más sonados naufragios de la época, los tres mejores transatlánticos de la naviera White Star, los tres mejores barcos construidos hasta entonces. Pero lo que hace aún más sorprendente su vida es que de los tres salió con vida.
A principios del siglo XX la aviación comenzaba a despegar (nunca mejor dicho), y el ferrocarril no podía competir con los lujosos barcos que atravesaban desafiantes los océanos, así pues, se construyeron el Olympic (1911), el Titanic (1912) y el Britannic (1916), los tres barcos que antes hacía referencia, y aunque el segundo fuera el que más impactara a la sociedad, no es ni de lejos el más catastrófico en víctimas, este siniestro honor corresponde al Wilhehlm Gusloff, que se hundió en 1945 con más de 9.000 personas a bordo.
Si el hundimiento del Titanic representó una lección de humildad en toda regla para sus constructores, nuestra joven protagonista, Violet Jessop, se convirtió en un icono de supervivencia.
Violet Jessop en 1915

Una vida dura 

Irlandesa de sangre, nació en 1887 en la Pampa Argentina, tras huir sus padres de la miseria de la Irlanda del siglo XIX. Era la mayor de nueve hermanos, muy creyente, y la primera prueba que tuvo que afrontar sería una tuberculosis que superaría en contra de la opinión de los médicos que la atendieron. Su madre enfermaría y no le quedó más opción que ponerse a trabajar para sacar adelante a su familia.
Con 21 años intentaría sin éxito que la contrataran en la Royal Mail, y digo sin éxito porque entonces se acostumbraba a contratar a mujeres más mayores de edad que ella, más maduras, para atender a sus clientes. Lejos de abandonar en su intento, Violet Jessop se vestiría en una entrevista con ropa vieja, sin arreglarse ni maquillarse, y de esta forma, aparentando más edad, la contrataron como camarera de los pasajeros de tercera clase.

Primer naufragio

Poco tiempo después, en  1910, decidiría entrar en la más prestigiosa White Star Line, donde sería enviada al transatlántico Olympic. Allí trabajaría diecisiete horas diarias cobrando un sueldo de dos libras y diez chelines mensuales -al cambio actual unos siete euros- comida y cama aparte. El 20 de septiembre de 1911, el barco chocaría con el crucero de guerra británico  HMS Hawke, cerca de la isla de Wight. Por fortuna para ambos, el impacto no impidió que regresaran a la costa sin lamentar pérdidas humanas, reparándose los daños poco después.

Segundo naufragio 

En esos momentos la compañía naviera buscaba personal para su barco insignia, el Titanic, y a pesar de que Violet Jessop se encontraba a gusto en el Olympic, acabó por dejarse convencer por sus familiares para formar parte de su tripulación. Será entonces que embarcaría en Southampton para afrontar un nuevo reto en su vida.
La noche del 14 de abril, tras cuatro días de navegación, antes de irse a dormir saldría a cubierta para respirar un poco de aire fresco. Poco después de meterse en cama oiría un ruido que la despertaría. Tras levantarse oyó como daban la orden de que todos subieran al puente. Al llegar pudo ver cómo las mujeres y los niños se despedían de sus maridos y padres antes de dirigirse a los botes salvavidas. Algunas eran reacias a subir así que un oficial ordenaría a algunas mujeres de la tripulación, Violet Jessop entre ellas, a que hicieran lo propio para dar ejemplo al resto. Mientras accedía a un bote, un oficial la llamaría por su nombre para lanzarle un bebé que a duras penas pudo coger.
Tras ocho horas en el mar, heladas, horrorizadas por ser testigos de ese silencio atronador que iba inundando la oscuridad, acabarían por ser rescatadas por el Carpathia.

Tercer naufragio 

Tras el inicio de la Primera Guerra Mundial se reconvertiría el transatlántico Britannic en buque hospital. Violet Jessop sería movilizada como enfermera de la Cruz Roja. Mientras surcaba el Egeo una mina provocaría que en menos de una hora se hundiera causando 30 muertos, por fortuna en ese momento no llevaba heridos evitándose una tragedia mucho mayor. Nuestra protagonista sería salvada gracias a que pudieron cogerla por su cabellera cuando estaba siendo succionada por debajo de la quilla, provocándole una leve fractura de cráneo, causa de futuros dolores de cabeza en los años sucesivos.

Sus últimos años 

Finalizada la Segunda Guerra Mundial trabajaría de oficinista en tierra firme hasta que en 1948 volviera a firmar un contrato con la Royal Mail para embarcarse, en esta ocasión, sin incidencias.
Se retiró en 1950 a una granja de Inglaterra, con sus recuerdos y experiencias vividas. En más de una ocasión manifestaría que ciertos aspectos de algunas versiones cinematográficas del Titanic no retratan lo que allí sucedió, como cuando muestra a los pasajeros de tercera clase abandonados a la fuerza tras puertas que impedían su acceso a la cubierta.
En 1971, un problema cardíaco sería el causante de su muerte. Sus 84 años acumulaban una vida dura y muchas desgracias a sus espaldas, pero su determinación y ganas de vivir la convirtieron en ejemplo de supervivencia.

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